Y… EXTRAÑO
(…) y entre las piedras de un cuarto vacío
huidizo y esquivo… el beso dormido
y… su tempano viajero que a tu rivera como una quimera…
… ¡moría de miedo!
Extraño el susurro de tus canciones a mi oído
con las que a mi cuerpo dabas en vinos abrigo,
y… tu desnudo movimiento por mis espejos
donde inquieta vagaba levitada del duro suelo.
Extraño el amor adivinado a sol de tus tórridos ojos
y el verano con que me contemplaban codiciosos.
Extraño la distancia que te hacía tan inalcanzable
devorada con celo a través de los aires.
Extraño los fatigosos laberintos de tus silencios…
de los que me creía dueña y… único pensamiento.
… Cuando te levantabas con desordenado cabello
tras agitar el paso noctámbulo… a los días secos.
¡Extraño el jardín de tus labios y de tu piel mi tatuaje
y cuando alargabas las mañanas por no levantarte…!
Las horas noctívagas cuando ilusa me asomé a la ventana
soñando adherida tu mano a una luna con manto de plata.
Extraño que te hayas ido sin siquiera preguntarme…
Si yo sin ti detenida en el tiempo… ¡quería quedarme!
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.