"Cuando mientas te pido que revises/ tu concepto de un amor intenso,/ en silencio interpretaré lo que dices,/ tú interpreta lo que pienso".
No quieres pensar, pero piensas,
es que en verdad son inmensas
las ansias que ya te exigen verlo.
Algo que ahora arde en tu piel,
te recuerda que ya fuiste de él
y que mueres por volver a serlo.
Pero resulta que hoy en tu vida
hay alguien más que no olvida
que están sus deseos en tu ser.
Que te quiere besar y abrazar
y muy cerca de ti poder respirar
tus aires maravillosos de mujer.
Sientes que un amor como ése
no es de aquellos que merece
que cualquier día lo traiciones,
pero de nuevo “algo” en tu piel,
te dice que tus deseos de ser fiel
quizá se te han ido de vacaciones.
Detras del humo de tu cigarrillo
se nota en tu mirada cierto brillo
que ver lo que sientes no impide.
Otro quiere besarte y abrazarte,
pero no es de él la obra de arte
que el museo de tu cuerpo pide.
No te hace feliz lo que haces,
él ahora ruega que lo abraces
y te crees incapaz de decir no.
No sientes igual, no te provoca
y los besos que llegan a tu boca
no son los que tu boca deseó.
Entre encuentros y encuentros
sabes que vibra en tus adentros
un deseo que se viste de pecado.
No sabes cómo te ha sucedido,
pero si bien no lo has admitido,
en verdad tampoco lo has negado.
Quieres estar para quien te ama,
ser mujer de quien te reclama
y te quiere ahora en sus brazos,
mas no es él con quien quieres
contemplar romántica amaneceres
y muy ardiente ver tantos ocasos.
Otro te ama y desea, te quiere bien
y tú ya reconoces que en él también
hay un sentir real, extraaordinario,
pero no podrás corresponderle a él
mientras exista “algo” en tu piel
que a gritos te pida lo contrario.