Ya dejaron de tener sentido las palabras,
de erigir sólidos mundos
cimentados de ilusiones;
ya dejaron de clamar,
ya no quisieron volar;
ya callaron para siempre
todas las palabras.
Las de aquél que clavaba la mirada;
las del que huyendo con manos ensangrentadas
en funesta y trágica noche vil se alejaba;
dejaron de tener sentido las palabras
también las que de amor no se dijeron,
y todas las que por miedos se perdieron.
¡Silencio! ¡Silencio!
Que quiero escuchar las palabras,
que quiero saber el corazón que esconden,
la vida que llevan
la muerte que arrastran.
© (jpellicer)