Es verdad que sólo tengo palabra,
sólo tengo esa sencilla materia
que se puede tragar, que se puede escupir,
que se puede trazar en tantos idiomas
y que es gratis, y que es suave como el viento
que ayer me vio llorarte.
¿Qué seríamos sin la palabra?
¿qué sería de mí, que es lo único que tengo para darte?
la magia de la palabra, que sabe a luna
o duele como un golpe en la nariz…
Tenla, arrugada, asumida cual error bendito
con su brío y mi alma… tenla amor mío…
Mírala reducirse a cenizas como un simple cigarro
con ella puedes hacer fuego,
puedes leer
o me puedes amar. Lo que menos te parezca.
Qué si aún no muere la palabra viva,
es porque no ha sido escuchada como es debido
que si aún sigue siendo poesía
es porque sólo la tengo a ella,
sólo tengo esa sencilla materia.