Te sigo pensando a pesar de esta quinta copa de whisky.
Cómo ceder a la tristeza sin tener que tragarla.
Cómo sucumbir a los azotes de mi soledad merecida.
Te veo a pesar de todo,
como una luz que me traspasa los párpados.
Quizás es porque eres luz o algo más poderoso.
¡Mierda!, aún mis lamentos te piensan.
Vuelvo a ver el fondo de mi vaso.
Si mis pies me lo permiten,
volveré a llenarlo,
sin compasión hacia mí.
Era más feliz siendo un engendro sin luz,
que una mascota fotodependiente.