Bebiéndome el néctar dulce y cristalino
del cántaro de tus labios,
me embriago de tu presencia y ausencia
al mismo tiempo,
Estrechando tu cintura perfecta,
me sumerjo en el placido mar
de tus deseos anhelantes,
Escuchando tu voz melódica,
elevo las notas de una sinfonía
radiante de amor,
Tu risa vertebral y pletórica,
me sostiene firme en el
universo de la vida,
Tu brillante y pura mirada
es suficiente para seguir
el mismo camino por siempre.
…Y eres tú
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Carlos Dos Santos Daniel