Las nubes parecen montañas
suspendidas en el aire,
con sus picos tan altos
casi rozando las estrellas.
Blanco como la nieve es su vestido
y asemejan capullos de algodón
cuando uno las mira.
Se ven que están vivas
a través de mi ventana,
pues dan una percepción
de que respiran.
Un gigante esparció sus huellas
por el cielo desierto.
A lo lejos son sombras de nieve
en pleno verano,
y ellas se acumulan
sobre sus mismos lomos
haciendo así escaleras
en el espacio inmenso.
Anhelo ser pequeña nube
en el bello universo,
y así poder quedarme a solas
con mi Dios en silencio,
y volar al aire
como mosquito chiquito,
libre de mi mismo
y de otros seres.
Libre, siendo asi espíritu libre
que viaja en la eternidad,
como una hermosa alma
en los brazos de mi Señor.