Apoyada sobre el ventanal, sonríes frente aquel espectáculo
contemplando la puesta de sol sobre el lejano cielo,
que pinta a la ciudad con melódicas pinceladas anaranjadas,
admiradas por lagrimas inocentes que nacen, como versos en mis hojas.
Surgen nuevas funciones que desnudan sus sentimientos frente a los aplausos,
adorando el eterno agradecimiento, conociendo nuevos rostros.
En tanto las multitudes huyen de su soledad,
manchándose con las pinceladas que brinda el atardecer, conociendo su felicidad.
Tu corazón se funde en dulzura
Y la paz enamora a tu alma soñadora,
olvidándote de él, alejándote de aquellas penas
floreciendo nuevas esperanzas por tus venas.