Han pasado, 3 años, en unos días serán 4 años de tu triste partida,
Del inevitable momento, de vencer a la muerte,
Allí estaba esperando por ti, no le importo mi agonía,
Los deseos de mantenerte dentro de mí, la esperanza de no perderte,
Mi corazón agonizaba en cada segundo que tu luz se apagaba,
Mi alma imploraba una oportunidad, de vencer lo imposible,
De tenerte entre mis brazos, volverte a dar vida.
Tarde es, indicaron los doctores, y una nube negra opaco mi vista,
Me sumergí en una cruel obscuridad, tras una anestesia,
Para evitarme el dolor de separarte de mí, porque ya tu corazón no latía,
A lo que me negaba a aceptar, aunque era un peligro para mi vida,
Tarde fue, darme cuenta de tu existencia,
Cuando ya demasiado tarde era,
Como no supe que ya venias,
Y que dentro de mí, se estaba formando tu corazón y tu alma…
Como no lo supe, mil perdones le he pedido a Dios, por haberle reprochado,
Porque no me permitió, saber que estabas en camino,
Y que traías, una nueva razón a nuestro corazón,
Que serias el compañero y la protección,
Que cuidaría de nuestra reynita, que un año atrás ilumino nuestro mundo,
Cuanto me duele no haberte conocido,
Cuanto arrepentimiento existe en mi corazón por no haberte protegido,
Levanto la mirada al cielo y te pido perdón,
Perdóname por mi inexperiencia hijo mío,
Perdóname por negarte la oportunidad de la vida, de darte mi tiempo,
Perdóname corazón mío, aunque te perdí sin saberlo.
Eras tan pequeño, tan indefenso, aún no se formaba tu cuerpo,
Más me duele tanto, no tenerte ahora conmigo,
El despertar, fue triste y amargo,
En una cama de hospital, creí que había sido un mal sueño,
Mi cuerpo desnudo, mi alma vacía, con el corazón destrozado,
La triste realidad de tu partida, sin haberte conocido,
Quedándome tan sólo con un mal recuerdo,
De haber sido tan ciega y haberte perdido,
Salir de aquel hospital acompañada de la tristeza y el dolor,
Por no poder luchar y ganarle a lo inevitable y tenerte hoy entre mis brazos mi amor.
Me imagino cómo pudo haber sido tu rostro,
Regalándote mis ojos y la sonrisa de papá,
Tus manitas de ángel, el terciopelo de tu cabello,
Tus piernitas ágiles y tu alma llena de bondad,
La mirada limpia, sincera y el tono de tu voz,
Te imagino junto a tu hermana, y lo feliz que sería,
Teniendo a mis dos amores llenando de felicidad mi mundo,
Sin embargo agradezco a Dios la dicha de tener entre mis brazos a mi bella angelita,
Y en el cielo, mi ángel que me abraza a cada instante como la luna y el sol,
Ese angelito eres tú mi rey, mi niño lindo, quien vive en mi corazón y forma parte de mi vida.