Diaz Valero Alejandro José

¡¡¡Abran la pueeeeeeerta!!! (Humor)

A mi hermana la invitaron a cenar

Y por salir corriendo con sus amigos

olvidó de la casa la puerta cerrar

y vaya que fue un gran olvido.

Yo que estaba casi dormido

escuché un ruido sospechoso

y me levanté muy presuroso

para intentar averiguar lo sucedido.

Pensé que era algún bandido

de esos que se adueñan de lo ajeno,

que resisten el plomo y el veneno

y viven en completa salud

porque tienen la misma virtud

que tienen esos perros callejeros.

Menos mal, queridos compañeros

que no pasó de ser un susto inocente;

fue una ráfaga de viento que de repente

cerró la puerta de un portazo

pero yo por salir descalzo

en una carrera de cien metros planos

caí como racimo de bananos

golpeando mi humanidad toda,

quedando casi en el instante

con un nockaut fulminante

de esos que te mandan a la lona.

Allí me quedé algunas horas

hasta que oí unos gritos desgarradores

que se oían por todos los alrededores…

era mi hermana que había regresado

y como las llaves había olvidado

tenía la garganta vuelta trizas

de tanto grita que grita

cómo ópera cantada por soprano,

y yo en el suelo casi desmayado

era poco lo que podía hacer

solo me sentí desfallecer

al ver mis malas condiciones

y aunque tuve buenas intenciones

no pude la puerta abrir

y ella tuvo que partir

ronca y embravecida

a dormir a que la vecina

que la quiso recibir.

Por eso debo decir

después de mis cavilaciones

 he llegado a la conclusión cierta

que no cerrar o no abrir la puerta

siempre trae complicaciones.


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