Mi niño, así de joven se apago tu luz.
Mi alma y mi corazón hoy se sienten como un papel arrugadito.
Mañana es el día de tu entierro y aun no creo que tenga fuerzas para darte el último adiós.
Dejaste recuerdos llenos de dichas y mucha felicidad, pero a su vez un vació mas inmenso que un abismo, mas grande que el mismísimo mar.
Solo Dios sabe por que suceden estas cosas, me consuela saber que estarás a su lado cuidándonos.
Y que algún día espero nos volvamos a ver en el cielo.
Extrañare tu sonrisa, tus alegrías y tus locuras.
El cielo se vistió de gala para recibir a tan grande ser.
Hoy, mañana y siempre permanecerás vivo en el corazón de quienes te amamos.
Vaya con Dios mi primo bello, que descanses en paz... JAVER MORENO.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
AUTORA: ORIANA RAVELO.