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Pensar, hablar o callar

 

En qué pensar.

En la forma eficaz para olvidar,

en echar por la borda innecesarios lastres.

Pensar en cómo poder recordar;

un torrente incesante de datos,

pasados devenires, montones de nombres,

definiciones concretas y tantas razones que,

merecen ser memorizadas.

Pensar en dejar de pensar.

 

 

Pensar en poder domesticar;

la electrizante descarga de mis neuronas.

En llegar a vencer

a la vorágine de vocablos

que algunas veces, insufribles,

se agolpan en mi mente hasta provocarme derrota.

Pensar en aprender a pensar.

 

 

Pensar en voz alta,

arremolinado en el silencio,

o anhelar hallar la nada,

fluir sin preconcepciones,

vestirme de transparencias,

dialogando con el alfa;

poder darle un bocado enorme al zen.

 

 

 

Pensar en ausentar de mi vida a la memoria,

en callar un millón de lenguas,

en extinguir todo recuerdo,

pensar en darme a la fuga,

en excluirme de las partículas que me identifican y definen,

en marchar hasta perderme desapareciendo en el más allá.

Pensar como de grande puede ser meditar.

 

 

Hablar irresponsablemente,

sin sopesar la medida cierta del acto de hablar,

del mismo, su peso específico.

Hablar pretendiendo combinar;

al contenido acertado

con una expresividad llena de talento.

 

 

 

Hablar y contemplar como indispensable el justo orden

del sonido y los silencios: saber hablar, aprender a callar,

virtuosismo inusitado el de escuchar.

Hablar adjuntando el equilibrio,

haciéndose entender al comunicar,

siendo objetivo al interpretar.

Llegar a buen puerto;

pensar, hablar, callar y escuchar,

para luego...buscando mensajes;

contemplar, transcribir, componer.

 

 

   ***   ***   ***

 

 

Será, que un día contuvo el principio,

en que decidimos adorar atroces vacuidades

sujetas al altar de lo efímero.

Subyugarnos al gesto del desquite,

y a la ambición que aporta el interés insolidario.

Seguro que es, el será.

 

 

 

Será, que tanta información malversa las palabras, las desgasta.

Ambienta ofreciendo; refugios conceptuados como esquizoides.

Será, que la manipulación,

malbarata la comprensión,

propaga la confusión, voltea,

precipita hacia el abismo a una dinastía de preciados

                                   valores.

 

 

Será, que ya es más que habitual;

arrodillarnos ante el papel impreso,

besar dando nuestras ofrendas a becerros de oro,

acallarse frente a la extorsión y la esclavitud,

banalizar tantas enseñanzas dadas por ancestros mayores.

 

 

Será que soy fruto de la vulgar complejidad,

que una avería cortocircuita mis mecanismos.

Será, que tengo la sensación,

mi paranoia me lleva a creer,

que se configura la ocasión,

que pretenden situarme -aunque no me agrade-

en un vértice deslizante,

donde por mucho que llame, que chille,

nadie después veré, que me socorre,

donde los renacimientos no jadean, sucumben.

Desde donde se avistan tumbas y féretros,

¡y más que difuntos! rezos obsoletos,

que engullen cualquier posible renovación;

cruelmente, sin contemplaciones.

 

 

318-omu G.S. (Bcn-2012)