ELIS MANUEL AVENTURERO

FRUTO MÍO

Me veo en tus ojos hijo mío

Eres un viaje que conjugo en diversos tiempos

Que  me lleva de la mano un tanto Acelerado

Por recuerdos fascinantes del pasado

Navego en tu mirada hijo mío

Y tu edad risueña me regala ese  traslado.

 

Desde allá me lanzas nuevamente a nuestro mañana

Y te veo todo un hombre retoño mío

Sentado  impaciente a mi lado

oyendo mi sermón, anciano.

 

Olvido fácilmente lo que me cuentas,

Y vuelvo a preguntar la misma trama


¡No por favor… No te molestes!

 quizá mi torpe mente nos juega una broma

También yo la misma historia de lobos y serpientes

mil veces te conté a todas horas.


levántame si algún peñón  se movió hacia mi pie

porque mis rodillas  no pueden alzarme seguramente

ven conmigo en esa nave a tu niñez

allá está el minuto exacto, en que una roca desgarró tu piel

y si mis piernas tembleques me hacen besar el pavimento

no sientas pena de mí... no, no, no me dejes

!ay hijo mío! porque cuando pude correr

lo hice para  llevarte en mis brazos

 a rescatar tus dientes

 que en el parque perdiste sin querer.


Tal vez te aburre estar cuidando al lado de mi cama fría

y te aterra también mi lascivia involuntaria, impura

pregúntate si alguna vez pasó por casa la disentería

si deshidratado y pálido cuide de ti hasta tu cura.


no sientas pena de mi

 soy el mismo que te cuidó del miedo

el que lloró contigo tus heridas

y en los buenos momentos 

quien te aplaudió con mayor alegría.


¡ Fruto mío!

Si cierro los ojos para siempre,

 lejos de tu mirada

ven y bésame en la frente,

 quédate unas horas a mi lado mientras me alejo

¡quédate unas horas ten calma!

silbando y tralaleando una canción de amor para mi

de esas que acarician el alma

de aquellas que dejamos en tantos festejos

de esas que alguna vez cantamos juntos por ahí

cuando quise que crecieras oyendo mis concejos

vive con paciencia cuando estos momentos lleguen a ti

pero claro… si llego a viejo.