valentino arrabal

Corazón de poeta

Sé que por ti

desearía despedirme de mi soledad

y añadir sobresaltos con ansias de tranquilidad,

dejar tal vez

que mi orgullo ceda

a la impaciencia del corazón,

al encanto y desencanto de cuando estas

o de cuando no te haz ido,

la verdad

que no he aprendido a estar contigo o sin ti

y cuando te veo ahí

precisamente parada en el umbral de mi vida

no sé si retenerte o dejarte partir,

a veces pienso

que aprendiste a secuestrar mi soledad

y es como si me encadenaras al sufrimiento;

porque es ahí

cuando mi corazón necesita más de ti,

y tal vez tú te des cuenta

de la forma en que nos descubrimos al amar,

porque quizás

la diferencia entre tú y yo

es no haber querido tanto a la soledad

como lo quise yo,

que para mí la nostalgia

era la más exquisita embriaguez

el antídoto perfecto

para toda debilidad del corazón;

yo

que creía ser un exiliado para el amor

y tú

una enamorada empedernida

que no deja de ilusionarse;

pero como ves ahora

a pesar de todo me tienes prisionero

y no me quieres abandonar,

porque tal vez

nunca antes habías conocido

la manera de cómo enamorarse

de alguien como yo

que tiene por defecto

un corazón de poeta.