Aparecen ardientes las musas en juego,
se lanzan al sexo con crujiente morbo,
entre fulgores presentes el sudor de sus pechos
embrujan los torrentes de este mar en su lecho.
Arremeten furias de sabor añejo
de fulgor y vino, de fruta ardiente;
entre cada seno los flamantes lazos
se levantan turgentes como en sueños nuevos.
Al pasar delante de los bellos tiempos
se van incitando hogueras en las letras todas,
en cada verso se enciende un delirio nuevo,
en cada poema un sueño de erótico vuelo
y sin dejar la manos se alzan todas juntas
como pidiendo paso y lanzarse al juego.
Es un cielo abierto de furor y fuego,
un fulgor de sueños que arden locos.
La lujuria nace, se arrebatan prestos
los siniestros lazos de febriles senos.
Y como si fueran musas sin voz ni cantos
los bellos y profanos sentimientos vanos
se levantan siniestros como en viejos vientos
alertando sueños perdidos en el tiempo-
CARLOS A. BADARACCO
6/6/12
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