Te expuse mis mentiras
Y mis verdades que desconocía
Para que armes tus fortalezas
Y crucifiques mis victorias.
Mis luces se veían tan sutiles
Debajo de las sabanas de mis locuras.
Y mi cabeza se sentía tan alta
cuando estaba echada en el jardín.
Ahora eres el inventario de mis errores,
Eres la brasa que me sigue quemando con mis enemigos,
Eres el motor que sigue bombeando sangre a mis uñas desgastadas.
Y creo que no quiero más confusión,
Ya tengo a la luna como mi interventor.
Ya te tengo a ti como mi único amor.
Ya me convertí en el tonto que quiere mi corazón.
Ya debo dejarme llegar por las plagas que internan mi ser
En esta profunda soledad.
Soledad que has encontrado desprevenida
Sentada esperando la gran victoria del sur.
Victoria que se apura por demorarse en sus sueños
Para nunca encontrar el final de sus amores.
Amores que suelen dejar sus motivos atrás para
Llevarme sin prisa al umbral que separan mis ojos de la realidad.
Realidad que se aleja de mi cada vez que estas.