El mar extraña hoy la calma,
Y yo tus dulces ojos,
Que viven muy profundos en mi alma,
Descritos en mis mapas y mis símbolos,
Mi corazón está vacío,
Sin tus besos y tu compañía,
Le faltas a mi corazón y siento frio,
Aun te espero intranquilo cada día.
Duermo al pie de la luna,
Soñándote de recuerdos,
Sé que me esperas en la ventana,
Bañada de mis labios,
Y aunque te escondas eres fosforescente,
Musa, de nariz breve,
Para mi eres distinta a toda la gente,
Más acá de la luz tenue.
Bebo el néctar que dejaste en mis labios,
Cuando aprendiste a volar,
Entre lágrimas y cerrar la voz,
En ti aprendí de nuevo a caminar,
O Quizás, solamente conocí mi destino,
Me enseñaste a siempre sonreír,
A cantar como lo hace el viento en tu pelo,
Sin ti algo de mi Puede Morir.