Leodiego

Poema17

Ese silencio de su boca acarició mi corazón,
y con su voz a lo lejos se volvió una gran tentación,
solo quería abrazarla y escuchar su respiración.

Mientras ella caminaba solo con verla me bastaba,
Me gustaba contemplar su mirada que me enamoraba
sentir como si aquella ternura del pecho me arrancaba
desde donde sea que la observaba ¡¡Cómo me encantaba!!

Con sus manitos de algodón y sonrisa de sirenita,
decirle lo que siento en mi pecho eso sí que no se evita;
Solo yo quiero ser el guardián de sus nobles pensamientos,
y descubrir por siempre lo especial que emite cada uno de sus besos.