Nos convidamos a degustar una copa de champagne
¿Que champagne? Una cerveza que nos simuló de lujo
sin hacerle daño a nadie, sin las sombras del embrujo
Donde mi mano se empeña decorarla con dibujos;
Nos juntamos tres bohemios y una dama
¡Qué bohemios ni que nada! vagabundos de madrugada
Nos sentamos frente a frente en confortables sitiales
Pero qué grata puede ser mi silla de cuatro reales.
Celebramos los amores, contándonos sinsabores
Más bien las decepciones, de los romances perdidos
pero también los secretos de algún beso prohibido
¡Qué prohibido si me los dio ya son míos!
Dialogamos tres sabios y una doncella
pero... Qué digo en mi insolencia?
Si no hay más vieja que ella
-Si hubo un sabio en mi presencia -no convenció mi inocencia.
Remendamos el mundo con palabras que acarician
Y al asomarme noté que abundaba la malicia
¡Que malicia! si en estos tiempos de guerra prevalece la codicia.
allí brindamos tres tontos y una princesa
Ah eso si “tontos” de esos que aun escriben cartas de amor.
¿Pero qué princesa? si me visita cuando quiere y se me pone traviesa
No la atrapo con mis versos ni la embriago con cerveza
No me devela palabras que describan la belleza
De la que me ha cautivado y es causa de mi tristeza
Hoy, cerquita a media noche conversamos tres poetas
Decorando con ficciones un mundo que nos desprecia
Dando colores bonitos con el discurso y las letras
A un paisaje de temores lleno de engaños y excusas
Hoy brindé con mi cuaderno, con mi lápiz, con mi musa
Éramos tres soñadores y mi inspiración ilusa
nada podrá separarnos ni hacer nuestra union difusa
mientras existan poesías no habrá quimera inconclusa.