Se acordará de mi cuando hierva la leche y no llegue la espuma.
Cuando caiga la hoja y reviva en la rama.
Cuando seque su pelo y se empape en mi ausencia.
Cuando sepa que es hora de colgar la ropa.
Y así llueva a cantaros y la ventisca arrastre
Su memoria y se enrede en la madeja del tiempo.
Y así se inunde de incertidumbres del torrente que olvida,
Se acordará de mí, ella es arena y es roca.
Se acordará al pisar y que en la alfombra explote sus nervios.
Cuando se esconda en su alcoba un espejo de arrugas,
Cuando Le diga que es hora de acordarse de mí
Y se acuerde de mí y yo repita éstos versos.
Se acordará de mi cuando se baje del bus y pise un andén de desierto.
Cuando de pronto cierre la ventana y deje abierta la puerta, por si llego.
Cuando le dé el mediodía esperando la luz de farola.
Y cuando la espuma se riegue sobre el mantel de recuerdos.
Pero se acordará de mí, lo doy por seguro,
Ella me dijo sonriendo que seré como el viento.
Que aunque no sepa que esté.
Estaré en sus adentros.
Se acordará de mí cuando los niños le pidan a gritos un cuento.
Cuando le sirva el café, le apreté la corbata y le amarre los días.
Cuando en la tarde triste, como solo ella puede compararse, triste,
Se siente en las escaleras y ya no quiera subir, donde no estoy yo para quererla.
Se acordará de mí y yo me acordaré de ella.
Pues si de pronto me olvida yo la recuerdo el doble.
Se acordará, lo sé, cuando en su agenda mi nombre,
Le recuerde quien fui y ella se acuerde de ella.