El día que muera no me llores,
No te entristezcas por mi partida
Ni me traigas a mi sepelio flores.
No te vistas de luto ni reproches,
No te apoyes en mi ataúd
Ni intentes desmayarte,
Pues en vida no me lloraste
Ni tan poco me extrañaste.
El día que muera tan solo ríe,
Sigue tu vida tranquilamente
Y no me acompañes si no quieres.
No dejes que nadie te obligue
A vestirte de negro o blanco,
O a cargar mi féretro,
O colocar sobre mi tumba flores
Si en vida nunca te acordaste,
De que yo existía ni un solo momento.
El Poeta