Por el parque de cárceles dormidas
caminaba la sombra del pasado,
encontró sus cenizas esparcidas
sobre el suelo lisiado y olvidado.
Sus raíces tendidas en las huellas
de siluetas resecas de vacío
con las penas vaciadas en botellas.
Bajo las hojas secas del otoño
se escondía la tumba del recuerdo,
deliraba con sueño de retoño
en la profundidad del lado izquierdo.
Sopladas por el viento, de repente,
también se fue con él, su desvarío;
regresó soledad que nunca miente.
En un banco empolvado del ayer
se sentó a conversar con la verdad,
hablaron en silencio del querer
que a sus alas cortó la libertad.
Prisionero de miedo y poesía,
no tomará de nuevo el vaso frío
aunque muera de sed en su agonía.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.
Del libro Raíces de la Marea.