En la sutil permanencia del tiempo,
Acomete la serena quietud del alma,
Se restringe de lleno el pensamiento,
Resguardada por la abnegada calma.
Maneras mil de afrontar los ideales,
Más una sola llave es la que los abre,
Removiendo en su seno las mentiras,
Versando y respetando las verdades.
Disfrazando de sin sabores su mente,
El poeta peregrina en el orbe de su luz,
Mezclando la armonía de su corazón,
Con la repentina fragancia de su amor.
Obstáculos de ciudades amuralladas,
Se encuentran con furia en el pensar,
Deslindando los versos de tal manera,
Rompiendo las cadenas del que dirán.
Poesías que resuenan acantiladas,
En romance del ahora y el del ayer,
Reinados que traspasan los linderos,
Flameando la limpia amistad por doquier…
(victolman)