Más allá de mis infantiles sueños,
desde la muralla de mis días, hasta la inmensidad de la noche,
con un amor infinito, sin porqués, ni razones...
Te quise, como se quiere lo que jamás se ha tenido,
te anhelé, más allá del loco deseo juvenil de las pasiones eternas...
Te quise, en medio de la nada y aún teniéndolo todo,
seguí queriéndote.
Así te quise amado mio,
con la angustiante soledad de una amante en la distancia,
con la saturada alegría de escuchar algún día,
nuevamente tu voz.
Con la agorera esperanza,
de encontrarte nuevamente en la distancia, mirar tu rostro...
sentir el cándido estupor de tu mirada...
¡Oh! la soledad...
Salvó la distancia, tu imagen calcada en mis recuerdos y mi alma;
elevó éste amor la divina añoranza de encontrarte,
aún entre las ruinas de mi alma, cansada en vano de esperarte...
En mis noches eternas,
bañadas de la inmensidad y de la frialdad de la noche,
en mis cuitas distantes y lejanas...
Te quise en la alegría y en la tristeza;
de los largos años que esculpió mi mirada
y llenaron de canas mis cabellos...
Te quise aún en la monotonía, de la vida taciturna...
aún en la turbulencia de las grandes ciudades, de rascacielos, de autos
y de suculentos banquetes que la vida me obsequió.
Así te quise, mas allá de toda lógica,
más allá del silencio y de las palabras
hechas canción y poesía...
Te quise con un amor que, no conoció fin,
que no escatimó un segundo de ilusión para entregarte...
¡Oh! mi amado compañero.
¡cuánto tiempo te he querido!
¡Oh! mi amado compañero,
en la cercanía y también en la distancia...
Este amor nació, de las horas inéditas,
que anidaron en nuestro ayer, nuestro hoy y nuestro mañana...
Así te he querido, con éste dolor a cuestas,
con ésta inmensa ternura,
que hiela el alma y estremece al sentimiento.
Así te quise... Así te he anhelado...
con la efusión unánime, de que tu dicha,
sea mi dicha y tu tristeza,
mi tristeza...
Así te quise, así te he querido, así te querré por siempre..
más allá de las reglas, más allá de la soledad,
de la alegría y de la tristeza,
de la pobreza y la opulencia,
más allá de la lucidez y la locura,
más allá de mis cuitas y tus aventuras...
más allá de la palabra melancolía...
Así te quise amado mío,
así te querré por siempre, con éste infinito amor
que no perecerá , mientras en mi sea la vida...
así te quise, así te he querido,
más allá de la muralla, de la lógica,
la razón, la verdad y la calma,
así será por siempre tu recuerdo en mi alma,
Serás por siempre el ensueño de mis más hermosos sueños...
¡ Vuela feliz amor !
más allá de la soledad, de la eternidad y de la nada...
Que hasta allí mi amor siempre estará contigo.