En la soledad de mis pensamientos,
Penetra en la profunda cueva de mis oídos.
El susurro constante del viento,
Cual colibrí aleteando en su territorio.
El susurro se transforma en mi mente.
En voces sonoras sin aliento.
¡Oh!, tu viento del norte
Que tienes de decir.
Paró el susurro pensativo
Para luego exclamar
Tú que vienes del olvido
Dónde vas.
Voy entre las piedras agonizantes
Del camino, con rumbo a mi destino
Destino que todos tenemos.
Por más que no queramos.
Ve, me insistió varias veces
No puedo, no he terminado.
Ve.
Debo de continuar mi camino
Con rumbo a mi destino.
Si, dijo el sonoro susurro.
Otros vendrán,
A completar lo tu no hiciste.