¿Por qué no dejas que me ahogue con tu ausencia?
Y es que ha sido demasiada la tortura
que ya no puedo soportar una más.
Te alejas y mi corazón se enconge, se agrieta, se asfixia,
se decolora como las hojas del árbol pierden poco a poco su color.
Mas no lo notas, pues el proceso es demasiado lento,
así como en las hojas, de pronto un día de verde se cambió a marrón.
Y así marchito, casi a punto de desmoronarse,
encuentras a este corazón moribundo,
y para que reaccione, le prometes ilusiones que tal vez no cumplirás;
con esas promesas haces que reviva, que regrese a este mundo,
recordándole lo que es sentir su sangre correr por su ser otra vez.
Le devuelves las sensaciones a las que
ya se había resignado a no sentir de nuevo,
le remueves esos latidos alocados que le provocas al sonreír.
Si tan solo fuesen para siempre y ya no te alejaras,
entonces ya no suplicaría por la muerte
para no sufrir tu ausencia una vez más.
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meny♥
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