MIS DOS TORTUGAS
Se desplazaban con lentitud,
Así era su naturaleza,
Sin embargo, mi corazón
Calaron con presteza.
Y de mi vida se fueron
Con tanta rapidez,
Solo por un capricho
O por una estupidez.
La verdad no creo
Que haya merecido la pena,
Sacrificarlas para una
Muy mal llamada cena.
Solo ahora comprendo
Que estaba mal,
Que no debí
Tenerlas en cautiverio,
Que las debí liberar.
Si hubiese sospechado
Su aciago final,
Hubiere sido su libertador,
Y así ese amor
Que yo les profesaba,
En vez provocarles la muerte
Hubiese podido salvarlas…yo mimo
Mis dos tortugas nunca las olvidare…mi padre las mando a cocinar…