Cuando el corazón llora,
el alma se inunda de lluvia,
lluvia con gotas de furia;
el azul del cielo oscurece,
las aves ya no le cantan,
su mundo queda en silencio,
el agua, el sustento de la vida,
se evapora, pero no condensa,
el calor del sol ya no penetra,
él se rinde y sin que se dé
cuenta cada día más se aleja,
y todas las rosas y flores de
su jardín se marchitan.
Cuando el corazón llora,
el corazón se estremece,
se turba vuestra mente,
la razón se convierte en
terquedad permanente,
es amor que sabe a dolor
con recuerdos que ahorcan,
con recuerdos que sofocan,
y todo el inmenso mar es
como una gota de lluvia que
no puede calmar la sed.
Cuando el corazón llora,
pierde el amor, se degrada
el amor, pierde usted,
pierdo yo, pero quien más
pierde es aquel quien se
burla del amor, porque
quien hace llorar a un
corazón sin justificación,
será un nómada que en
cada camino, siempre
encontrará lo que sembró.
Cuando el corazón no llora,
hay calma en el alma,
mas cuando él lo hace,
la sonrisa de los labios
desaparece, y lo amargo lo
releva; la mirada se nos pierde,
los ojos se ahogan con gotas
de amor malévolo,
se odia a todo el mundo,
no se acuerda uno ni de Dios,
que es quien le da vida al corazón.
Cuando el corazón llora,
es muy cruel el amor,
brindando dolor y ardor en
el interior, que mata sin
piedad y sin tener compasión,
te sepulta vivo, sin que se
pueda poner resistencia,
se deja uno morir o se
arranca el corazón, para
dejar así de sufrir y no morir.
Cuando el corazón no llora,
hay calma en el alma,
mas cuando él lo hace,
se envenena el alma,
se va vuestra calma,
se pierden los sentidos,
te encierras en lo padecido,
no solo llora el corazón,
sino todos sus vecinos,
alma y pensamiento con
la desilusión que les abraza,
y que de a pocos les suprime.
Cuando el corazón llora,
fallece la ilusión y la esperanza,
nace la soledad y la desconfianza,
la soledad se vuelve el único amigo,
se cierra los ojos, pero se ve tristeza,
quieres que el dolor acabe, pero el
tiempo no avanza, la agonía suele
ser tan larga, que a veces unos
cigarros o unos tragos se insinúan,
pero lidiar con ellos es en vano,
porque el corazón con cada
vaso llora y recuerda más.
Cuando el corazón llora,
muere el alma de un hombre,
cuando el corazón llora,
muere el alma de una mujer,
mas si se tiene resignación,
habrá esperanzas de resurrección.