Ella quería a ese hombre mayor , cansado por los años , joven por los recuerdos , amaba su estructura , su esqueleto de tiempo , las bisagras que atesoran su caminar pausado y quejumbroso .
Sentada frente a él contempló la grandeza y la pequeñez de su alma , la riqueza y la pobreza que en su saber llevaba , miro esos ojos , que tanta vida recorrieron , tantos paisajes miraron , acaricio con devoción sus manos hermosas, grandes y sabias , con la yema de los dedos recorrió el mapa de ruta de esas venas azuladas trazadas de tiempo y de cansancio , fina epidermis quebrada ,donde pulsaba acompasada la sangre de la vida, miro sus uñas, perfecta la media luna y esbozó una sonrisa de cómplice mirada al besar la palma abierta ofrecida en la entrega de su alma.
Lo amaba , lo quería , lo respetaba, fue a destiempo de la vida que se cruzaron sus caminos.