Te amo mientras los árboles duermen,
y las hojas reposan sobre las ramas
o cae con lentitud
la nostalgia sobre tu cabello
y resbala pausadamente
sobre tu espalda.
Amémonos con la nocturna inspiración
que nos hierve en el pecho
…Yo quiero que tus manos
sean cautín sobre mi cuello
entonces crecerán mis venas
sobre tus dedos
que acarician y llenan
esas horas
en que somos los dos
agua y arena.
Tus besos son como gotas de rocío
cuando llueven sobre mis labios
así disfrutamos a la luna
como un aperitivo
y juntos compartimos
este amor en cada abrazo.
¡Amémonos… quizás donde empieza tu mirada
que yo bebo por la noche
-y que tú me ofreces- Como un vino de mesa
que yo saboreo!
Desde esta tarde en que la soledad entró
como el sol
por las persianas
estuve buscando entre mis manos
tus manos
para sentirlas yacer sobre mi cuerpo
libido y candente,
quiero saturar el hambre
desde este amor que corre
por mis piernas.
Quiero saciar mi sed, mi boca seca
es como un desierto sin tus besos…,
desde esta tarde lo supe: escudriñé entre mis manos
tus manos.
¡Amémonos…!
Sin saber si el crepúsculo nos visita
-igual que siempre…
Tú con esa mirada alegre
y yo... bebiéndome tu sonrisa-
Por eso quiero compartir contigo cada cana,
una por una las arrugas de mis manos
y el último suspiro de mis labios.
Entonces amémonos con un sinfín de palabras
en el silencioso gemido
que en la noche se torna
a mi garganta…,
amémonos hasta el cenit
y dejemos cenizas esparcidas
que se han de volver a unir
para avivar la llama.
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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”