Horacio Dressler

Mañana de domingo

 

Mañana de domingo,

el sol que destella entre las hojas muertas de los àrboles,

el cielo azul, tan azul como entonces,

mis pensamientos que viajan a èse entonces,

y tener presentes tus ojos

esos ojos de mirada fija, que miraban como miras la vida,

de frente, sin concesiones, ni vueltas,

y la mañana frìa, como hoy,

y Salta, que nos cobijaba en nuestra pequeñez y soledad,

como tres pàjaros perdidos en la inmensidad,

y tu mirada

que se perdìa en el paisaje

paisaje de montañas inconmensurables,

de siglos, pequeños como segundos

y tu mirada

y los tres pequeños,

y grandes a la vez

vos, Camilo y yo

en un camino largo hacia el cerro

en la orilla de una represa

en un andèn de estaciòn.

Una mañana de domingo

como ayer,

hoy.