Soneto al gato
Pídanle al gato huir de lo indolente,
del básico rufián bajo la luna,
del sátrapa o ladrón en la aceituna
de cada noche fresca y refulgente.
Pídanle más, que atrape en el torrente
de nuestro sueño a la marcada, a la una
que en tanto meditar, cual la laguna,
dormida se quedó tras la corriente.
Acaso mirará o se hará el ausente,
su piel se estirará como ninguna
y lejos partirá de tanta gente.
¿Acaso él nos pidió piedad alguna?
Tirano es el señor e inteligente,
un rey que como al sol nadie importuna.
05 06 12