De la inmensidad de tu astro
solo queda el polvo de una vida pasada
y la brizna de unos caducados pensamientos
De tu canto a mi alegria
solo permanece el eco de voces no reconocidas
como reminicencia de mis memorias antiguas
Y de tu fuego en mi corazon
solo quedan estos versos indigentes
de este languido poema.
Rafael Leon
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