Al fin que pude cruzar tu cálido camino
que calmaron las ansias de mi fantasía
hube por tus caricias tantas sobrevivido
llegar al fin a tu piel tibia y hacerla mía.
Vaya, el concierto vivo en mi recorrido
en mi mente las voces dulces de tu cariño
lumbreras que alentaban estar contigo
mirarte aquí, alcanzar tu mano amor mío.
Bardas anchas, piernas cojas y mil motivos
sin saber porque a tiempos nos detenían
gaviotas ansias, vuelos locos tuyos y míos
y todos sus cómplices que interrumpían.
Rayoneamos tempestades como en delirio
borrones de los bosquejos mal habidos
terrenos fértiles y estaciones en equilibrio
tu y yo como aquel día lo prometimos.
Jorge G Sifuentes
Junio, 11 2012