En el camino que a tu casa me lleva,
he encontrado un hermoso jardín,
lleno de flores estaba,
y un ramo de ellas cogí para tí.
Caminando por dicho camino,
encontré a dos pajarillos cantar,
estaban en lo alto de un pino,
y tu nombre parecían recitar.
Al llegar a tu casa vi a mi mujer,
hermosa y muy bella,
tan bella era dicha muchacha,
que con solo mirarla te hacía enloquecer.
Ojos oscuros como el fondo del mar,
piel blanquecina como el color invierno,
sus labios carnosos me muero por besar,
solo pienso en acariciar su cuerpo.
Chiquilla me hechaste un encantamiento,
mi corazón maldito está,
mas yo nunca me arrepiento,
pues tu lo cuidas con amor de verdad.
Vuelvo de nuevo al camino,
donde un día me viste pasar,
las flores han crecido,
y tu me vuelves a encantar.