Hugo Emilio Ocanto

En respuesta a tu carta

En respuesta a tu

carta te digo

que todo lo que

me pides lo acepto.

Pero no quisiera

que tardes en venir.

A través de tus palabras,

quisiera decirte

que me has hecho

feliz, como en todas ellas.

Pero, siempre me pones

obstáculos. ¿ Por qué?

Tu madre puede ser

atendida por tu hermana.

Sabes que quedamos

en reencontrarnos pronto.

Y así tendría

que ser.

Hoy ansiaba tu carta,

y me llegó.

Todo es felicidad

en mí. Todo.

Pero a veces,

cuando se reciben

noticias como la tuya

de que vás a demorar

tu regreso

por atender

a tu mamá,

me ponen mal.

No soy egoísta.

Lo sabes.

Pero piensa que

yo también

te necesito.

Muy humana

tu actitud de cuidar

a tu madre.

Pero otros pueden

hacerlo, y tú

podrías estar conmigo

y acompañarme.

Así podrías ser

mi enfermera oficial.

Me han detectado

 un pequeño problemita

en el corazón.

No es para preocuparnos

en demasía.

Pero te necesito

y quisiera que

estés a mi lado.

Recordé mucho

estos días,

en el que

nos conocimos.

¿ Recuerdas?

Estaba yo sentado

en un banco

de la plaza

atándome los cordones

de mis zapatos,

y tú te sentaste

a mi lado

leyendo una revista.

Ahí comenzó

nuestro romance. 

No te prohibo

que te quedes,

solo te pido

que vengas

a mí. Te necesito.

No pienses que es

por el interés

de tu atención.

Es porque

ante esta soledad,

necesito de tu amor.

Trata de solucionar

el asunto

de tu viaje.

Continúo trabajando,

pero mis tiempos

serán más breves

con tu compañía.

Tengo un pálpito

que después

te lo voy

a comentar.

Espero decidas

lo que corresponde.

Mis saludos

y pronta mejoría

para tu madre,

y un saludo especial

a tu hermana.

Y tú, recibe

de mi parte

un interminable

beso en los labios

de quien mucho

te ama y espera.

Tu paciente Francisco.

PD: te amo.

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto-11/06/2012)