sabianya

HISTORIAS DE UN POBLADO (5)

 

 

Allá donde las montañas separan los mundos,

el más anciano del poblado

escuchaba a sus ancestros,

contar una historia:

 

“Cuando en la  existencia

de los seres vivos, había pura armonía,

el cazador y la presa tan sólo eran

ciclos de la vida de supervivencia

,

hasta que el ser humano fue desarrollándose,

en su afán de codicia, cazaba por diversión

acabando con los demás hermanos de su especie,

incrementando su avidez.

 

Fue el Dios de la tierra, quien castigó al hombre dotándolo

de vestiduras, y mermando sus miembros para acortar sus instintos primarios.

 

Los condenó a tener que construir su propio mundo lleno de banalidades,

Y pagarían dia a día sus propias hipertrofias de mezquindad”.