Avila

Llanto

Con un gran suspiro el escribió el nombre

de ella, empanando así el aire, el sonido de las gotas

en tu mecidas provocan en el tibios recuerdos.

 

El aroma de ella lo penetra, se impregna como resina

se desliza como aire seco en una montana, y la luna no dice

nada el hombre solo, solo habla y el llanto crece.

 

Ella camina por la casa, su cuerpo de aire es,

sus labios son rojos como la sangre misma, sus ojos,

la soledad lo invade.

 

El llanto lo recorre, lo abraza un  poco

en la puerta alguien toca y el eco de la soledad

retumba, solo hay polvo y un vació.

 

El rió, se escucha allá afuera y una sombra

oscura llena de muerte camina, usando como

lampara a la luna, solo se ve recargado, solo

silencio existe.

 

Ya no mas llanto, ya no mas soledad

solo el silencio existe.