Recuerdo aquellos años de mi infancia
cuando mi vida ingenua de amarguras
tenía de lo sano, su fragancia.
Recuerdo mis dibujos y figuras,
me reflejan mi ayer en la distancia,
añorando el pasado de ataduras.
Mi barco de papel se va alejando,
la bahía del tiempo atravesando.
Recuerdo aquella niña de la escuela,
se llamaba Priscila, no lo olvido,
vivía en Alma Rosa con su abuela.
Ella no me quería y yo afligido
desojaba las flores de acuarela
y las que me robé por ella ardido.
Ella olvidó mi nombre, estoy seguro,
su rostro es un recuerdo medio oscuro.
Al pasar de los años fui creciendo
con historias de amores que tenía
escondidas en huecos de mi atuendo.
La mayoría náufragas del día,
solo algunas llegaron al estruendo
de las costas que abrazan la alegría.
Así pasaron años juveniles,
historias agridulces en desfiles.
Hoy me paro en la esquina del presente
deseando volver atrás errores
y cambiar los capítulos y mente.
Efecto mariposa en mis temores
dice que la utopía solo miente;
errores cambiarían de colores.
Nada puedo cambiar de mi pasado,
pero el futuro puede ser salvado.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.
Del libro Raíces de la Marea.