Cuando las personas por diferentes motivos me hacen daño, mi reacción es como la de un gato que le pisan la cola, suelto tarascada y bufidos intentando en ese momento hacer el mayor daño posible como defensa.
Pero yo no soy un animal y cuando siento el daño que he causado, me invade una profunda tristeza, tristeza por los demás y tristeza por mi mismo.
No me puede permitir sentirme como un Ángel justiciero y vengador... por que mirando en mi interior, se la cantidad de errores que he cometido con los demás y me embarga la necesidad de olvidar y perdonar y también hay ese principio para mi tan importante de la empatia, que hace que me sienta muy triste viendo sufrir a las personas y mas cuando es por mi causa con razón o sin ella.
Es también una actitud de supervivencia para mi, necesito mi felicidad para sentirme bien y no puedo ser feliz mientras los demás que me rodean están sufriendo, tengo que plantearme el olvido y el perdón como meta inmediata y cerrar así otro de los capítulos que a lo largo de mi vida se abren y se cierran, procurando que esos cierres sean realmente sentimientos de olvido y perdón en mi corazón, para que mi paz interior vuelva a florecer y también por sentirme mas humano y mejor persona...
Cuantas veces he herrado
en esta bendita tierra
y cuantas veces he cerrado
de mi corazón la puerta
quedándome solo atrapado
con mi alma de poeta.
Cuantas veces renegué
de toda la humanidad
cuando a mi parecer
todo era falsedad
mas luego que lo pensé
veo el amor y la bondad.
Cuantas veces he sufrido
por los rencores pasados
mas luego que lo he olvidado
la tranquilidad me vuelve
y en mi corazón florece
sonrisas de iluminado...
Ángel Reyes Burgos