Te quiero,
no sé si estoy loca
o condenadamente cuerda,
no sé si la espera
me terminó de matar
la última neurona
o si ésta, cabrona,
en un arranque de piedad
se hechó por una oreja.
Te quiero,
y aunque me la doy de fuerte
no puedo más,
no falta mucho además
para que me internen,
soy un caso perdido
de amor y soledad
recorriendo la casa
por las paredes.
Te quiero,
te preguntaste alguna vez
por qué escribo tanto?
es eso o el llanto,
y no quiero llorar por ti,
mojé la almohada una vez
porque te extraño como ves,
pero nadie tiene la culpa
y quiero estar feliz.
Te quiero,
y por eso, ahora suspiro
y te abrazo de nuevo
con mi aliento,
con mi fantasma,
con mi cuerpo
que se nubla,
que amanece
en tus pensamientos.
Te quiero,
no temas,
es que hoy estoy triste
y me falta sentirte
para ponerme mejor,
pero no temas,
conoces mi fuerza
y mis ojos marrones
que no se cierran,
que no te esquivan.
Pero...
si llegas a leerme
por favor, entiéndeme
si además de la neurona
se me escapan los mares.