"Prefiero no existir a ser devorado
por el olvido del tiempo, que nunca
hablen ni piensen en mi para no ser
un simple recuerdo."
Al mirarme en el lago, comprobé mi apariencia,
no encontré imagen alguna, todo era paz,
la paz de los muertos, la paz sin retorno.
Ni un respiro, ni una palabra, todo era negro,
el silencio lo era todo, aún en la nada
se vive el silencio de manera total.
Casi funesta existencia que nunca viví,
tan acelerada, sin mirar caminos, sin mirar
destinos, ni flores, ni árboles, ni sueños,
ni el amor de un hijo, ni un beso de madre
ni el sabor añejo de un vino noble,
una caricia de esposa, esa luz del alma;
nulidad absoluta que nacía en la nada
y moría en la nada entre un arbitrario mutismo.
Ni el agua del lago lanzaba armonías
todo era neutro como la transparencia rotunda.
Luego desperté, el estruendo fue aciago
una bala perdida y frustré la batalla,
desperté a la vida, respiré profundo,
me miré en el MUNDO y retorné sin más.
CARLOS A. BADARACCO
6/6/12
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