Tras la aldaba
Cierro el ojo y tu mano no se acaba,
yo me callo y mi voz sigue en tu oído,
ni en la distancia es cierto que haya olvido
ni del tiempo es la historia alguna esclava.
Antes creí que el orden se olvidaba,
todo acababa o era suspendido
hoy lo que sé es que todo lo vivido
se queda aquí, sin muros y sin traba.
Por eso al descorrer la tierna aldaba
de un beso, de un amor, de un tiempo ya ido
descubro que aún estás donde te hallaba.
Por eso, corazón, ven, si te pido,
y tráeme la fuerza que encontraba
en tu voz, tu bregar, en tu latido.
06 06 12