Amigo:
Ayer, se silenciaron las armas,
ha nacido la reconciliación,
caminemos el camino de la esperanza,
platiquemos nuevas vivencias
encuéntranse nuestros pensamientos
manos estrechadas de amistad
y gritos de creciente júbilo,
porque terminó la cruenta guerra.
Levantemos la bandera del amor
encumbremos la insignia de la armonía,
elevemos plegarias de gratitud,
que nuestras manos arrojen rosas,
pidamos que nuestros hijos vuelvan al pueblo
y nuestras voces canten la paz.
Vuela la blanca paloma
ya no hay tiempos tenebrosos,
el conflicto armado dejó ya de ser su carcelero,
volvamos nuestros ojos al cielo,
no para gemir de miedo y dolor
sino para ver la grandeza de las estrellas
y el vuelo libre de nuestro Quetzal.
Jaime García Alvarez
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