Sé que vendrás. Ignoro el momento del arribo
alegrarás mi vida, olvidaré el hastío
me abrazaré a tu cuerpo para ocultar el frío
y moriré en tus brazos aún estando vivo.
Tú serás el recodo del cual estuve esquivo
ignorado por todos ahogado en ese río
que llaman soledad, que es un desvío
que perjudica sin querer y, sin motivo.
Sé que vendrás, ansioso espero ese destino
me encontrarás ya viejo -sin un amor quizá-
pero vendrás –lo sé- a truncar mi camino,
ven pronto si tú quieres. O si no tan aprisa
que el tiempo que me quede (quiero beberme el vino)
y dejar simplemente mi aliento en la repisa.