He destinado para ti un lugar especial,
Procurando cada segundo, cada sonido,
Que el tiempo pase lento al ritmo de tu alegría,
Que tus oídos se llenen de música,
Exiliando de tu vida la melancolía.
He sembrado rosas blancas y margaritas,
He pintado ese cielo ficticio con los colores de tu alma,
Reflejando así, una variedad hermosa de matices,
Y el viento corre para rozarte cada vez con más calma,
He dejado la carrera de mi vida,
Porque he encontrado lo que tanto buscaba,
Te he visto pasar por mis sueños,
Y he escuchado la señal que susurraba:
Ahora tu mundo es más pequeño.
Si, por eso lo he modificado,
Porque es apenas el espacio que necesitas,
Así pongo fin a mi existir perturbado,
Iniciando contigo una vida infinita.