El mar esta cantando
al son de inquietas olas
mientras alegres sonando
se escuchan las barcarolas.
Las corrientes con sus aguas
llevan el canto del río
y alegren bailan las algas
que disfrutan el cantío.
La laguna se queda quieta
y canta con su desvelo,
mientras un alegre cometa
va bailando por el cielo.
Hasta la fuente de la plaza
va cantando en su chorrito
ese canto de sus aguas
relajante y exquisito.
Se oye allá en el tejado
ese canto tan audaz
que entre gotas ha dejado
una lluvia pertinaz.
Alejandro J. Díaz Valero