Mientras contemplaba el cielo,
en una noche iluminada,
te vi. rondar por mi morada,
lucias hermosa y perfecta.
Largos hilos de plata,
se mecían en tu espalda,
mientras que tus ojos,
como estrellas se perdían.
Perdone usted la osadía,
de acercármele un momento,
tan solo para admirarla
y dedicarle, unos bellos versos.
Ella muy sonrojada, alzo
su calida y suave mirada,
un sí, no pudo pronunciar,
pero me regalo una sonrisa.
Yo pude descifrar su sonrisa,
entendiendo por ello un sí
y se poso en mi balcón,
a escuchar, mí linda canción.
Muchas noches he tratado,
rescatarla del océano,
pero nubes impiden el acto
y mis esfuerzos son en vano.
Adorada luna de mis amores,
deja perpetuar mis versos,
en tu nombre; bella amada
y en tu regazo; plantar mis flores.
No me abandones esta noche,
efímera como mi embelezo,
mejor regala a mis labios; el placer
amor mío, de un solo beso.