Le huyes a mis palabras y no comprendo el por qué,
Si son palabras muy dignas de un hombre a una mujer;
Que me gustas no lo niego, eso no lo ocultaré,
Porque ese sentimiento lo guardo de la niñez.
Viví mientras pasaba el tiempo, donde estará me decía,
Y encontrarte en mi camino yo soñaba algún día;
Viví cargando la sombra de tu recuerdo y mi intento,
De que si yo te encontraba lograr me dieras un beso.
Ya que somos dos adultos que conocemos la vida,
Por lograr lo que he soñado, mi corazón no lo olvida;
Y que te he vuelto a encontrar pero de lejos te he visto,
De que vengas a mis brazos se lo pido a Jesucristo.
Yo sé que he de lograrlo aunque tu orgullo me esquive;
Hoy te pregunto por qué si mi sentimiento aún vive;
Pero yo persistiré, voy a perseverar, y no te asombres, verás;
Que de tu cuerpo y tu boca la pasión voy a arrancar.
No llores con estos versos, al ver el tiempo perdido
Aquel que ya sin remedio se quedará en el olvido;
Pero déjame decirte con mi alma y corazón,
Que me queda para darte todavía mucho amor.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita