I
Tú, la tierna doncella
Que ilumina la mañana,
Tú, tan misteriosa y bella,
Como la luna en madrugada…
Tú, princesa, que de un momento a otro
Transformas toda mi tranquilidad,
En un torrente de inquietud
En un río de nerviosismo,
En un mar, que brama en lentitud.
Y como no desear que todo sea lento,
Si por más que te pueda admirar
Al final pareciera,
Tan solo como un momento…
Pero me queda el anhelo
De admirar tu sonrisa,
Ahogarme en tu mirada,
De brindarte la caricia;
Tan presente en mi almohada…
De mirar,
Ese cabello claro, de dulce aroma
Que cae sobre tus hombros,
Como cae un río,
Buscando desesperadamente
La corriente del mar,
Así están mis manos,
Tratando desesperadamente
El poderlo acariciar…
Por eso te lo digo,
Porque no hay fuerza que detenga
La corriente de un río,
Porque no hay nada que retenga
Lo que se consume en mi hastío…
Hastío, que es más fuerte que yo,
Porque quiero detener
Lo que me provoca el verte,
Lo que siente mi corazón,
Pero es como un río ferviente
Que se desborda por sobre todo,
Que se desborda, con toda pasión…
Y te lo digo, aun sin saber de ti,
Sabiendo tan solo tú nombre,
Pensando, tan sólo en ti…
II
Sabiendo tan solo tú nombre,
Pensando, tan sólo en ti…
Imaginaba el momento mágico
Donde por fin me encontrara
Frente a frente con mi destino,
Teniendo de frente tu mirada,
Buscando alegrar mí camino
Teniéndote cara a cara…
Y sin embargo,
Aquella actitud amable
Que obtuve como primicia,
Aquella ilusión guardada
Anhelando una caricia,
Aquellos momentos breves,
De espléndida elegancia
Y ese mar de emociones,
Sintiendo tu fragancia…
Se disiparon en un momento
Desvaneciéndose frente a mí,
Y hoy es amargo mi lamento
Al estar lejos de ti…
Pero te seguiré esperando
Sin importarme nada el tiempo
Porque se que en el mañana
Mi amor te rozará,
Cuando te roce el viento…
Y serás más mía que de nadie
Pues al final te darás cuenta
Que yo soy aquel amor,
Que siempre tú deseaste;
Y aunque esté ya,
Muy lejos y distante,
Sentirás mi amor contigo
Pues lo sentirás,
Cada vez, que te roce el aire…
Y todo esto te lo digo,
Sabiendo muy poco de ti,
Sabiendo tan sólo tú nombre;
Pensando, tan sólo en ti…
Arturo Domínguez -Derechos Reservados-